Buenos y lluviosos días!!!
Este es el post número 300, del blog y he querido que tenga la voz de un colaborador especial: mi hermano.
Hace unas semanas, fuimos los dos a hacer una visita a la antigua estación de Metro de Chamberí, el Andén Cero, a mí me gustó mucho, pero él salió maravillado, le encantan este tipo de cosas, así que le dije: «venga, anímate a escribir un post para mi blog, vale?» así que aquí está! espero que os guste, es el primero y espero que no sea el último 🙂
p.d.: las fotos no son nada buenas, ya que no nos dejaban utilizar flash, por motivos de seguridad para con los conductores del metro, ya que sigue pasando por allí, los vagones de hoy en día. Os pedimos disculpas.
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Hoy hemos querido hacer un viaje en el tiempo, un viaje que muy pocas veces este ritmo de vida tan acelerado que llevamos no nos permite hacer, y es que no nos damos cuenta cómo todo avanza a pasos agigantados, echamos la vista atrás y lo que hace una semana, un mes, un año…estaba, ya no está.
Que nos quedará el día de mañana si no conservamos nuestra historia, auténticas obras de arte de la arquitectura o ingeniería, hoy en día solo importa el dinero y el tenerlo todo para ayer, nada se saborea, nada se aprecia, todo parece igual. La Gran Vía es un claro ejemplo de cómo se prostituyen teatros y cines de toda la vida y ya no hablar de establecimientos centenarios obligados a cerrar, porque las multinacionales compran o alquilan un edificio entero creando así un gran centro comercial.
Catala Roca Red de San Luis 1955 fuente: fotografodigital.com
Es triste ver una placa en el suelo dedicada a un establecimiento centenario en Gran Vía y ver que ese comercio tiene el cartel de venta, dónde queda el negocio familiar, el trato directo con el cliente, la manufactura propia, pocos lugares sobreviven a estos tiempos. Por eso hoy en este post, viajaremos en el tiempo como bien decíamos, a un sitio que por fortuna a día de hoy se conserva tal y como era, concretamente viajamos a 1919, estación de Chamberí, inaugurada por Alfonso XIII, primera línea del metropolitano madrileño que unía las estaciones de Cuatro Caminos, Ríos Rosas, Martínez Campos (glorieta Iglesia), Chamberí, Bilbao, Hospicio (Tribunal), Red de San Luis (Gran Vía) y Puerta del Sol.
entrada en la actualidad.
En las fotos se pueden apreciar cómo antiguamente los carteles esquemáticos de los planos, están pintados a mano sobre el propio muro y también cómo aparecen otras estaciones como la de Vallecas, debido a que años posteriores la línea 1 sufre ampliaciones. Pues bien, cuando llegamos a Anden 0 que así es como se llama el proyecto del museo y centro de interpretación, nos encontramos una especie de portal del tiempo, una escalera de caracol te envuelve y te adentra con gran emoción a lo que sería el vestíbulo de la estación, a mí en particular me hubiera gustado poder entrar por las puertas originales, ya que éstas quedan a la izquierda en lo que en su día fue la entrada original, convertida en un improvisado cine con un televisor ofreciendo un vídeo con la historia en sí del metro. Ya en el vestíbulo, nos encontramos con las antiguas taquillas de hierro gris y reposa-brazos de madera, sillas de madera y algún que otro objeto para el uso diario en la estación, las paredes y techos alicatados con azulejo blanco biselado precioso, lo que hoy serían puertas transparentes automáticas o rulos, antes eran como puertas de valla abarrotada de un solo sentido, para poder salir o entrar según si entras o sales de la estación, en las que los separadores de dichas puertas eran las papeleras para los billetes usados. En una de las paredes se puede apreciar un tablón de tarifas e información.
Se oye un tren… no puede ser… es la estación fantasma! No os asustéis, tampoco es una grabación para ambientarnos, es el tren que pasa a diario y poder escuchar un tren real pasando desde el vestíbulo transporta y mucho a la época, invita a imaginar, a creerse que vas a perder el tren … Una vez pasamos las puertas solo tenemos acceso a uno de los andenes, el cableado del techo sostiene el alumbrado que consta de simples bombillas al aire, bajamos las escaleras y nos agarramos a una barandilla de metal gris y redonda, vemos los planos pintados a mano como comentábamos antes y ahí la tenemos, Chamberí, abovedada de azulejo cerámico biselado blanco, como si el tiempo se hubiese detenido y en sus paredes alicatadas antiguos anuncios pintados sobre azulejo, originales de los años 20, como por ejemplo Longines, cafés la Estrella entre otros.
También podemos encontrar escaleras de madera colgadas de las paredes, imagino que para limpiar dichos anuncios o cambiar alguna bombilla. A principios de los 60, la necesidad de aumentar los coches y con ello la longitud de andenes de 60 a 90 metros hace que la estación deje de estar operativa; debido a la cercanía entre estaciones, su clausura total sucede el 22 de Mayo de 1966. Un bonito y nostálgico túnel del tiempo, donde no había móviles ni whatsapp, ni siquiera sabías cuantos minutos faltaban para que llegase el tren. En mi opinión como dije al abrir este post, la historia se merece un respeto, y ojalá las estaciones se hubieran conservado tal y como ésta tras su restauración.
Fotos y texto:
Alberto Garrido